Cómo elegir la mejor almohada para ti
No se trata solo de comprar el mejor colchón. También hay que acertar con la almohada. La mejor almohada es la que contribuye a relajar los músculos, a alinear el cuello y columna vertebral para mejor relación de todos los músculos corporales a la vez que favorece la respiración durante el sueño.
La almohada perfecta es el elemento que nos hace tener un descanso reparador, y evitar dolores de cuello, cabeza y espalda al levantarse de la cama.
Para elegir la mejor almohada hay que tener en cuenta ciertos factores fundamentales, como son las distintas posturas que adoptamos durante el sueño y la constitución física de cada uno. Sin olvidarnos de tener el colchón adecuado, ya que ambos elementos conforman el mejor equipo de descanso.
Es importante que estén en consonancia entre el tipo de colchón y la almohada, es decir, no es conveniente tener un colchón duro y una almohada blanda, o viceversa, garantizándonos así levantarnos descansados y ganar salud con un sueño reparador.
Cómo identificar la mejor almohada
En realidad, no existe la almohada ideal, pues los materiales que la conforman, su grosor y firmeza son características de las almohadas que influirán directamente en la relajación del cuerpo a la hora de dormir.
La almohada perfecta es aquella que se adapta a nuestra forma de dormir, y con la que se consigue mantener la columna vertebral recta, desde las cervicales hasta el final de la espalda.
Los expertos aconsejan no compartir almohada, ya que cada persona tiene su personal forma de dormir y su complexión física.
Es valioso reposar la cabeza cada uno en su propia almohada, con fin de evitar dolor de cabeza, espalda (sobre todo en cervicales), y cuello cuando nos incorporamos, además de ronquidos y silbidos por una mala respiración durante el sueño.
Un mal descanso afecta directamente en el estado de ánimo, ocasionando irascibilidad, desgana y menos concentración en la actividad diaria.
Tipos de almohadas
A la hora de elegir almohada es fundamental que esta se adapte a nuestra posición natural al dormir. Para ello nos fijaremos en los distintos materiales con los que se fabrican, y en el tamaño: altura o grosor y anchura.
En cuanto a los materiales de las almohadas, de manera muy similar a los colchones que puedes encontrar en nuestra colchonería en Valladolid, existen muchos tipos de relleno, con diferentes grosores y firmeza. Los más frecuentes son:
Almohada de viscoelástico
Se adapta perfectamente a la forma de la cabeza y cuello para favorecer el descanso de cervicales, ya que es un material que posee propiedades de adaptación, recuperación, evitando zonas de presión o deformación, y termosensible para regular cambios de temperatura. Son una gran opción para personas con problemas de espalda, musculares o de circulación.
Látex
Su composición puede ser de origen sintético, natural o de ambos mezclados en distinta proporción. Este material posee una estructura de células abiertas que permite mayor transpiración, evitando la proliferación de ácaros, lo que le hace un material antialérgico.
La almohada de látex ofrece una textura muy suave, tiene gran capacidad de recuperación,
durabilidad y una buena adaptación a la cabeza. Está indicado para quienes acostumbran a dormir de lado y personas corpulentas o con problemas de alergia a ácaros.
Almohadas de Fibra
A pesar de su composición sintética (poliéster) las almohadas con este relleno son transpirables, blandas, ligeras y pueden lavarse en lavadora, lo que permite una mayor higiene.
Cuentan con una gran capacidad de recuperación, aunque se deforman con más frecuencia que las anteriores. Son apropiadas para personas que acostumbran a dormir de lado, o quienes cambian mucho de postura al dormir.
Espuma
Suele ser poliuretano, transpirables e higiénicas, ya que se pueden lavar. Tiene efecto memoria durante segundos, aunque el durmiente cambie de postura. Son recomendables para quien cambia con frecuencia de posición y quienes se mueven mucho en el colchón.
Almohada de pluma natural
Este material es de gran suavidad y calidez, confort y durabilidad. Además, ofrece una recuperación y adaptación a las distintas posturas de dormir.
Las almohadas de plumas están recomendadas para personas que duermen habitualmente boca arriba o para quien se mueve con frecuencia.
La tecnología aplicada al mundo del descanso incorpora una nueva generación de almohadas, con tratamientos anti suciedad y antihongos, de gran suavidad, muy confortables y transpirables. Como las de Aloe Vera, con beneficios para la piel, o las almohadas con un núcleo de gel refrescante dentro de una placa contenida entre un envoltorio viscoelástico.
Qué tamaño es más conveniente
El tamaño en cuanto a la anchura de la almohada no debe superar la altura de los hombros. El grosor o firmeza varía en función de la postura que más se adopte.
Hay varias formas para elegir la altura adecuada: sitúate con la espalda recta de pie ante la pared, y la distancia entre esta y la cara será la altura o grosor adecuada. Se pueden sumar unos centímetros más por si la almohada fuese muy compacta.
También, medir la distancia entre el extremo del hombro y la oreja. Al resultado añade de 2 a 4 centímetros en función de la densidad del relleno.
- Una almohada fina (hasta 10 centímetros de grosor) y blanda es apropiada para niños y personas que acostumbren a dormir bocabajo.
- La almohada mediana (de 10 a 13 centímetros) y firmeza intermedia está indicada para quienes adoptan la posición de dormir bocarriba.
- Una almohada de grosor medio-alto (más de 13 centímetros) y firme es perfecta para personas que duermen de lado.
Recuerda que las almohadas deben estar en consonancia con el tipo de colchón y el tamaño del mismo.
La mejor almohada para el cuello
Seguro que, con todo, te sigues preguntando cuál es la mejor almohada que puedes comprar. La tendencia actual pone el foco en las almohadas cervicales. Están diseñadas para proporcionar un sueño reparador, al asegurar una mayor relajación de los músculos en esa zona de la espalda, además de ofrecer una mejor sujeción de la cabeza, y con una adaptación idónea a la anatomía del cuello.
Generalmente, este tipo de almohada cuenta con un relleno viscoelástico perforado, suave y de gran calidad, que permite una transpiración perfecta; y con un efecto memoria que genera una agradable sensación al cuello y cabeza para potenciar un descanso más saludable. Son las más indicadas para las personas que padecen problemas de espalda.
Cómo cuidar la almohada y el colchón para que duren años
Las almohadas tienden a tener una corta vida, ya que pierden sus propiedades progresivamente con el uso diario. Se recomienda renovar la almohada entre los 2 y 5 años, en función del uso, del material y sobre todo si cambian nuestros hábitos de dormir.
Para prolongar la vida útil del colchón y de la almohada es importante llevar a cabo un buen mantenimiento: ventilación cada día, darles la vuelta frecuentemente para evitar que se deforme y ofrecer protección con funda. En cuanto a la almohada en sí, es conveniente el lavado de la funda una vez al mes para evitar manchas amarillentas o acumular restos. La almohada es conveniente refrescarla de una a dos veces al año, siempre que el fabricante así lo recomiende, ya que no todas las almohadas son lavables.